Si condensamos el lapso de tiempo de la Tierra desde su orígen hasta el día actual en 24 horas, el tiempo que el autodenominado Homo Sapiens lleva en ella sería de tan solo 3 segundos.
Aún así nos hemos convertido en la mayor amenaza para nosotros mismos y nuestro planeta. Esto es lo que cuenta maravillosamente el primer vídeo de esta entrada, a cargo del artista Prince Ea, publicado en el canal de National Geographic.
Prince Ea – ganador de la competición Film4Climate
Irremediablemente después de ver este vídeo nos puede surgir la pregunta: ¿Se destruirá la humanidad a sí misma? Me gustaría que viérais la respuesta que dá a ésta misma pregunta el físico teórico y divulgador científico Michio Kaku. Resumen del vídeo después del salto.
El arquitecto danés Bjarne Ingels es un arquitecto moderno con un talento y una visión del futuro incomparables. Su trabajo está lleno de ejemplos de ello.
Hay cuentas de instagram que vale la pena seguir o chequear de vez en cuando. Por su contenido, y por su contribución a difundir hechos o causas que nos interesan a todos.
En una serie que seguirá creciendo poquito a poco, os traigo a la primera cuenta de instagram de esta lista:
@leonardodicaprio
La he escogido porque las Naciones Unidas nombraron a este conocido actor como mensajero de la paz con especial foco en el cambio climático el año 2014. La verdad es que llevo siguiendo su cuenta desde hace un tiempo y suele alinearse a causas que valen mucho la pena.
Para ejemplo, esta campaña para dar apoyo al pueblo Waorani de Ecuador, que estaba luchando contra las petroleras para proteger medio millón de hectáreas de selva de la destrucción debida a las actividades de extracción.
Sadiq Khan, alcalde de Londres, ha iniciado un cambio muy significativo en lo que respecta al transporte público de su ciudad.
Para empezar ha impuesto una zona de bajas emisiones permanente (Ultra Low Emission Zone) en el centro.
También se ha aliado con algunos fabricantes de vehículos eléctricos para subvencionar la transición de vehículos contaminantes a otros más limpios y eficientes. De momento esta iniciativa se centra en los conductores de taxis. Lo ha llamado Electric Vehicle Infrastructure Taskforce. Aunque va a mejorar la infraestructura de cargadores para facilitar la transición a todos los ciudadanos. (Charging Points for Residents)
Ésa iniciativa también ha involucrado a una compañía local, the London Electric Vehicle Company, que incentiva a los taxistas a comprar su modelo híbrido, pagándoles por el viejo modelo de gasolina/diésel.
Otras compañías como Zipcar se han aliado con la administración para ofrecer un servicio de car-sharing por horas más sostenible, comprometiéndose a aumentar su flota de vehículos eléctricos.
Finalmente, desde la administración, ha parado la compra de nuevos modelos de autobuses diésel, y ha empezado a comprar modelos eléctricos. Actualmente el porcentaje de autobuses sin emisiones es del 75%.
El objetivo final es ayudar a los más de 10M de personas que transitan la ciudad a diario a hacerlo de forma sostenible y limpia, para combatir la polución del aire en la ciudad, y contribuir a frenar el cambio climático.
Mayor of London’s Plans for an Electric Revolution to beat air pollution | Fully Charged
Estamos inmersos en un sistema de producción y consumo obsoletos. Hace tiempo que sus desventajas sobrepasaron los beneficios.
Una serie de datos preocupantes:
Las últimas 3 décadas (desde 2007) hemos gastado 1/3 de los recursos naturales del planeta
El 40% de los recursos de agua ya no son potables
El ritmo de consumo actual requeriría de 3 a 5 planetas como el nuestro para mantenerse
El Amazonas pierde 2000 árboles / min. El equivalente a 5 campos de fútbol cada minuto
Nuestro sistema de producción está lleno de tóxicos, cuyo mayor impacto reciben mujeres trabajadoras en edad reproductiva
El 99% de lo que entra al sistema de producción se convierte en basura en menos de 6 meses
Impresiona, ¿verdad?
Hay toda una serie de causas que crearon estos problemas, pero lo más terrorífico es que la cultura del consumofué diseñada:
«Nuestra economía enormemente productiva… pide que hagamos del consumo nuestra forma de vida, que convirtamos la compra y uso de los bienes en un ritual, que busquemos nuestra satisfacción espiritual, nuestra satisfacción del ego, en consumo… nosotros necesitamos cosas consumidas, quemadas, reemplazadas y descartadas a paso acelerado.
«Price Competition in 1955», Victor Lebow
Todos en mayor medida nos hemos visto inmersos en una sociedad cuya mayor identidad es la de consumidores: nuestro consumo es la principal forma en la que se mide y demuestra nuestro valor.
Éste sistema de producción lineal está pidiendo a gritos que lo desechemos. Es hora de decir adiós a la vieja escuela del derroche.
El ponente expresa su opinión, no necesariamente es compartida con el autor de este blog
Ahora que sabemos que las renovables no pueden salvar al planeta, vamos a seguir dejando que lo destruyan?
Michael Schallenberger
A ver, esto es como una bomba si se saca de contexto. En los 17′ 30″ que dura el vídeo, Schallenberger (declarado por TIME Magazine como «héroe del medioambiente») no para de dar argumentos en contra de las centrales de energías renovables:
Los mayores problemas de las energías renovables no son técnicos pero naturales
Michael Schallenberger
Dice que son peligrosas para las personas (pone el ejemplo de dos técnicos atrapados por las llamas en un molino de viento) y para los animales (aportando datos sobre cuántos pájaros grandes matan las centrales eólicas o el traslado de tortugas del desierto en el caso de las solares).
Bien, si ése es el problema, el hecho de concentrar la producción de energía en centrales eléctricas, ¿por qué no distribuirla entre las casas de los ciudadanos, y que cada uno produzca lo que necesite?
Ah no, es que es muy caro…
Para producir la misma energía que una planta solar, hacerlo con paneles solares distribuidos en las casas de los ciudadanos es el doble de caro.
Michael Schallenberger
Pero se deja una parte importante: la construcción de éstas centrales se suele subvencionar por los gobiernos, es decir, las ayudamos a pagar todos pero… ¡sorpresa! luego te cobran un porrón por el servicio y no eres dueño de nada. En cambio con la energía distribuida, aunque la inversión sea alta, eres capaz de reducir el impacto energético en la red por el tiempo que seas propietario de tu propio sistema de producción energética.
Igual es esto lo que asusta. ¿Qué va a pasar con la extensa, y cara, red eléctrica que construyeron las energéticas si todo el mundo produjera la energía cerca de casa?
Aquí entra en terreno pantanoso argumentando que:
A medida que los precios de las placas solares bajan el precio de la electricidad sube. (EEUU, Alemania)
Michael Schallenberger
En Francia, en cambio, pagan un 15% menos de electricidad porque el orígen de ésta es mayormente de plantas nucleares.
Claro, aquí ya se está viendo el quid de la cuestión: estamos hablando de inversión y de dinero. Las renovables son caras y no generan electricidad todo el tiempo, produciendo oscilaciones en la – carísima – red eléctrica, mientras que la nuclear produce «poquitos» resíduos (aunque muy contaminantes, peligrosos y difíciles de gestionar – letra pequeña) pero grandes cantidades de energía constante en la red. ¡Ah! pero tampoco se puede apagar así como así cuando no se necesita tanta energía… ¡Vaya no me lo esperaba!
Entonces, a mi humilde entender, lo que Michael Schallenberger propone es que: para salvar el planeta y el medio ambiente del cambio climático debemos salvar primero a las compañías energéticas y su red de distribución.
Ése es el único punto de vista que me cuadra para justificar todo el argumentario de este hombre para defender a las centrales nucleares en el s. XXI.
Lo expone muy bien, con argumentos y datos, pero nunca deja entrever la idea subyacente en su discurso: salvar el mercado eléctrico. De hecho todo se puede defender con argumentos y datos, por muy desafortunado que sea. Pero eso no significa que uno lleve la razón o que se acerque más a la verdad.
Lo mejor es que lo veáis y que cada cual se forme su opinión al respecto:
Why renewables can’t save the planet | Michael Shellenberger | TEDxDanubia
A primera vista parece un poco la carta a los reyes magos con unos objetivos para 2030 que parecen muy difíciles de alcanzar en ese lapso de tiempo: fin de la pobreza, hambre cero, producción y consumo responsables…
Aún así, presentan 17 objetivos de desarrollo sostenible con el compromiso de no dejar a nadie atrás.
Plantean una nueva manera de pensar sobre desarrollo. Y su visión es ambiciosa:
quieren involucrar a la sociedad civil, el mundo de los negocios y los medios de comunicación para que sea un movimiento global y popular.
usarán, y pondrán a disposición de quienes quieran participar, herramientas analíticas para identificar factores de aceleración.
para la implementación de los ODS crearán políticas de apoyo en sectores como:
desarrollo
educación
empleo
gobiernos locales
sanidad
biodiversidad
energías limpias
Su lema:
For everyone, everywhere.
Objetivos de Desarrollo Sostenible – Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
Ante la situación de emergencia y la crisis existencial, ignorada por décadas, la gente empieza a sentir rabia. Greta fué la chispa que ayudó al movimiento Fridays For Future a formarse.
Entrevista EL PAÍS
Su mensaje es directo: los mayores le están robando su futuro y el de su generación. Muchos de ellos además se sienten culpables pero no toman acción para empezar el cambio.
Nosotros solo somos niños protestando, no deberíamos estar haciendo esto, no tendríamos que tener que hacer esto, ni sentir que nuestro futuro está amenazado hasta el punto que tenemos que faltar a clase para luchar contra ello.
Existen unos aparatosos dispositivos llamados «Contactores de Captura Directa de Aire», o más coloquialmente, bosques sintéticos, que son capaces de capturar el C02 del aire. Para ello necesitan una gran superficie y poca profundidad.
Pero es una solución con truco. Para recolectar 1M de toneladas de CO2 en un año hará falta una planta energética del orden de 300 a 500 MW. Si ésta planta fuera de carbón, se emite más dióxido de carbón del que se recolecta. Ya que su concentración en el aire es de solamente 400 ppm, es decir, 400 moléculas de C02 por cada millón de oxígeno y nitrógeno combinadas.
Aún así, ya hay empresas como Carbon Engineering (Canadá), Climeworks (Suiza) y Global Thermostat (EEUU)que han encontrado maneras efectivas de salvar ese obstáculo.
Para hacernos una idea de la magnitud de un bosque sintético, pongamos el Bosque del Amazonas como ejemplo:
5.5M km2 de extensión
1600M toneladas C02 capturadas / año
equivale al 25% de la emisiones anuales de EEUU
Un bosque sintético conseguiría lo mismo con 500x menos superfície
Ahora bien, no hay que verlo como la «solución total» al problema del clima. Ni mucho menos, aún falta mucha investigación y financiación para que llegue a tener un impacto significativo a escala global. Necesitamos regulación, subsidios a proyectos como este y mayores impuestos a los productores de emisiones de carbón. De esta manera haremos las vías medioambientalmente sostenibles accesibles para la mayoría de la sociedad.
En resumen, un bosque sintético no es más que una solución más a añadir al portfolio de soluciones que harán falta para combatir el cambio climático.
Jennifer Wilcox – A new way to remove C02 from the atmosphere
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